Un evento sostenible es “aquel que se diseña, organiza e implementa de forma que minimice los impactos ambientales negativos y deje un legado positivo para la comunidad que lo alberga”… esta podría ser una de las definiciones de lo que es un evento sostenible. O al menos, de lo que es un evento más sostenible.
En esta línea, siempre hablamos de que debemos contemplar una serie de criterios para alcanzar estos objetivos como es controlar la gestión de residuos, regular el consumo sostenible de materiales, aplicar la sostenibilidad al catering y la restauración, optimizar el consumo del agua o seleccionar venues más accesibles.
Pero organizar un evento 100% sostenible es difícil. Por eso, una vez terminado el evento, tenemos la posibilidad de calcular la huella de carbono que deja y la opción de compensar el CO2 generado.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de huella de carbono? Este es el indicador que se emplea para describir el impacto total que la organización de un evento tiene sobre el clima en relación a las emisiones de ‘Gases de Efecto Invernadero’ que libera a la atmósfera, es decir, la cantidad de CO2 generada por el evento.
Conocer la huella de carbono de un evento nos puede permite, como organizadores, planificar acciones de mejora para la sostenibilidad medioambiental y establecer medidas de reducción efectivas.
¿Cómo lo calculamos? Debemos comenzar con la propia planificación del evento. El análisis de la huella de carbono, abarca todas las etapas del desarrollo del evento, desde el diseño o el montaje, hasta el desarrollo del mismo.
Para calcular dicha huella necesitamos que los espacios contratados calculen los datos de consumo energético que generamos en nuestro evento, así como conocer los desplazamientos de todos los agentes implicados en el evento. Con la suma de estos datos, obtendremos el informe de huella de carbono.
En Eventisimo estamos concienciados con los problemas medio ambientales, es por ello que una de nuestras principales políticas de actuación se centre en la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero de nuestras actividades.
Así, por ejemplo, cuidamos la iluminación de las escenografías, ya que tratamos de utilizar tecnología LED o de bajo consumo energético. Lo mismo ocurre con la climatización, que aconsejamos que la temperatura no baje de 21ºC en verano ni supere los 26 ºC en invierno.
Respecto al transporte, intentamos contratar medios de transporte colectivo, así como facilitar información sobre los medios de transporte público que puede emplear el asistente para llegar al evento. Del mismo modo, la selección de hoteles también la hacemos en función de su ubicación, intentando que estén cerca del espacio de celebración del evento.
El ejercicio de cálculo de la huella de carbono es un requisito indispensable para los eventos sostenibles del siglo XXI.